La empresa encontró en poco tiempo una buena salida comercial para sus productos, incluso en mercados lejanos. El salto más importante se produjo, sin embargo, en 1862, cuando Ernest Francillon, sobrino de Agassiz, que había empezado a trabajar con él cinco años antes, se puso al mando de lo que pasaría a denominarse Ancienne Maison August Agassiz, Ernest Francillon, Successeur.
Durante la década de los años 20 y 30, el diseño y la estética de los relojes no se libró de la influencia Art Déco que impregnaba todos los ámbitos artísticos. Las formas cuadradas o rectangulares fueron las protagonistas, en 1928, de los primeros anuncios de Longines, con la elegancia como principal argumento. Durante este periodo, la marca lanzó tres memorables modelos engastados con diamantes y zafiros que mucho más tarde reaparecerían en una edición vintage para conmemorar sus 170 años.
La década de los 60 fue una época de éxitos para Longines, ya que cuatro de sus diseños recibieron premios de la Diamond Academy. Además, en 1964, la marca ganó el Prix d’Honneur de la ciudad de Lausana, celebrado en motivo de la Exposición Nacional Suiza, que se celebra cada cuarto de siglo.
Sin embargo, el gran reto de Longines en ese momento se estaba produciendo en el campo de los movimientos planos. El 1979, los modelos Feuille d’Or, equipados con un calibre de cuarzo L795 integrado a la caja, rompieron la barrera de los dos milímetros de espesor. Con 1,98 milímetros, se convirtió en el reloj más plano del mundo. En la misma línea, la marca suiza celebró su 150º aniversario en 1982 con una colección de relojes ultraplanos de oro –sólo 3 mm y resistentes al agua-, que recibieron el nombre de Agassiz.
El 19 de febrero de 2001, la enseña celebró su reloj 30 millones y quiso conmemorarlo con una colección de 990 piezas, equipadas con un calibre L.990. Dicha colección ganó el premio La Montre de l’Année. No era el único motivo de festejo para Longines: en 2002 cumplía su 170º aniversario, y lo celebró con el lanzamiento de Les Elégantes, una colección formada por tres relojes joya de look vintage.
En 2007, además, Longines se convirtió en el cronometrador oficial del torneo de tenis Roland Garros, además de fichar al ex tenista André Agassi como Embajador de la Elegancia.